Otra noche más en la que no puedo dormir. En esta ocasión hay una razón. Por extraño que parezca, tengo un mal presentimiento que no me deja conciliar el sueño. Malos pensamientos agolpados en mi cabeza. No me gusta el pesimismo, suelo pensar de forma positiva, pero en esta ocasión soy incapaz de ser positiva.
Recuerdos de mi niñez junto a ella, mi magüela, abuelitita, lala, lalalá, o cualquiera de las otras formas de las que siempre la llamé. El olor de la navidad saliendo por el respiradero de la escalera de su antiguo piso, el olor a azahar, aquellas mañanas de hacer rosquitos, los infinitos días en el camping, sus abrazos colmados de amor... en momentos como este todo me recuerda a ella.
Es duro pensar que todo camino tiene un final, pero este aún acaba de empezar. Grandes momentos están por llegar. Grandes momentos repletos de amor y felicidad.
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