Noches sin dormir porque tienes demasiadas cosas en la cabeza. Exámenes, conciertos, amor, amistad, viajes, más y más estudiar, familia, compromisos sociales, clases... Mi cabeza no puede más, llega un momento en el que se colapsa, impidiéndome dormir. A todo lo anterior se le suman mis sueños y metas, terminando de impedir mi sueño. Terminar más de una noche llorando de impotencia, y, finalmente, quedándome dormida de puro agotamiento con los ojos encharcados en lágrimas.

Despertar cada mañana extrañándolo. Quisiera despertar cada mañana, mirar al otro lado de la almohada y que él estuviera ahí. Que fuera su sonrisa lo primero que viera cada mañana al despertar. Un buenos días a base de besos y caricias. Quedarme dormida en su pecho...

Sueños, sueños y más sueños... y muy pocos, por no decir ninguno, se hacen realidad.

Un paseo bajo la lluvia

Mientras paseaba bajo la lluvia de vuelta a casa esta mañana al salir del insti, no pude evitar ponerme a pensar. A pensar en cuánto ha cambiado mi vida desde aquél sábado 12 de Febrero de 2011, el día en que nos conocimos. Lo primero que pensé al verte no fue precisamente que fueras el chico de mis sueños, si no todo lo contrario. Sin embargo, esa noche acabé con una idea radicalmente distinta. Aquella cena, el paseo en tu vespa plateada por las frías y oscuras calles de Sevilla, esas ganas que tenía de besarte que no llegaba a entender. Al día siguiente, por alguna extraña razón no podía dejar de pensar en ti. Ilusa de mí que no era consciente de lo que estaba por venir. Pasamos toda la semana yendo juntos a la biblioteca a estudiar (y eso que vivías bastante lejos... ), mandándonos sms's sin parar, charlando por chat cada tarde... El viernes de esa misma semana se nos antojó ir al parque. Sin venir a cuento, ni corto ni perezoso me besaste. Yo tan solo me dejé llevar por el momento. Fines de semana junto a ti, sin más pasatiempo que tu compañía. Esas ganas de gritar "TE AMO" en plena SE-30 cuando me llevabas en moto a casa.

Pasaron los meses, tu madre falleció, y tu empezaste a cambiar. Yo no quería darme cuenta de que seguías pensando en ella, en tu ex. Sabía perfectamente que seguías colado por ella, pero yo prefería permanecer ajena a todo eso. Y así permanecí hasta que todo lo ocurrido en escasos meses me explotó en la cara. Yo te apoyé, te ayudé, te presté mi hombro, di TODO por ti y tu, a cambio, jugaste conmigo. Tan solo sabías darme excusas, excusas tontas por cierto. Cobarde de ti, ilusa de mí que caí en tu juego.

Yo prefiero quedarme con la parte positiva de todo esto, si saliste de mi vida, fue porque algo MUCHÍSIMO mejor estaba por llegar. Y vaya si llegó...

Pulgarcita en un mundo de gigantes

Todos me tienen en frente, pero nadie me ve. Intento llamar la atención de los demás, pero paso desapercibida. Grito, grito, y grito, pero nadie me oye. Les llamo pero no me responden. Hablo, pero nadie me escucha. A veces pienso que soy un fantasma que nadie oye ni ve. Otras, simplemente me siento pequeña, como si fuera Pulgarcita en un mundo de gigantes. 

Aquella guitarra abandonada a su suerte en la esquina de un viejo desván. Esa guitarra cuyas cuerdas hace décadas que no suenan. No pocas canciones dedicadas a su enamorada. A lo lejos se escuchan los acordes que un día unas manos virtuosas hicieron brotar de sus cuerdas.

Un cuaderno lleno de polvo mal colocado en una estantería. Un cuaderno cuyas páginas reflejan los más intensos sentimientos. Letras que hablan de un primer beso, de una cita a escondidas en un lugar remoto, de tímidas caricias sinceras, de un árbol en cuyo tronco fue grabado un "te quiero".

Nadie supo jamás por qué aquél apuesto caballero dejó su guitarra en el desván, nadie supo jamás por qué nunca se volvió a enamorar. La mayoría ni siquiera sabe a quién iban dirigidas esas hermosas letras, ni por qué de repente un día dejó de escribirlas. Algunos de barruntan que su amada fue apartada de sus brazos, otros dicen que falleció de la forma más horrenda. Lo bonito de esta historia, es que él sigue enamorado de ella.

Una historia que no existe todavía

Has aparecido en mi vida descontrolando mis sentimientos. Hacía tiempo que no me sentía tan nerviosa cuando un chico estaba a mi lado, haciendo que mi corazón vaya a más de mil por hora. No sé qué me gusta de ti, tan solo sé que me gustas así tal y como eres, con tus defectos y virtudes. Me gusta esa forma que tienes de mirar mis apuntes, el olor de tu perfume, tu a veces tímida mirada; esa maldita voz que siempre me hipnotiza, ese algo que me atrae cada día más, ese alocado peinado... El que así tan de repente te hayas vuelto mi inspiración.

El no saber absolutamente nada sobre tu vida, hace que me gustes más. Esa emoción, por llamarla de algún modo, al descubrir algo nuevo sobre ti. Esos besos que, por ahora y no sé por cuánto tiempo más, tal vez para siempre, estén prohibidos para mí. Esa enorme tentación que me supone tenerte tan extremadamente cerca. Esa sonrisa boba que me provocas al hablarme, al mirarme... Esa sonrisa que no soy capaz de evitar con mucho que quiera, esa sonrisa que no estoy segura de querer ocultar.

Hace un tiempo que esperaba a que estas mariposas revolotearan en mi estómago sin parar, pero ahora que han vuelto, no estoy segura de si las ha hecho aparecer la persona correcta. Me pareces tan inalcanzable, pero a la vez tan cercano... Probablemente nunca tengamos algo más que una bonita amistad, cosa que no está nada mal. Por ahora, esto es tan solo 'una historia que no existe todavía'.

Carta a una amiga

17 de Febrero de 2012. Una fecha de lo más importante para mí. Un día en el que conocí a varias personitas que ahora son mis amigas, mis hermanas. Todo fue gracias a AURYN, que, al parecer, es ahora nuestro amuleto, y su concierto. Una chica me pasó desapercibida en la cola, pero por suerte, estuvo todo el concierto a mi lado. Nunca pude imaginar lo que estaba a punto de empezar. Estuvimos hablando en el concierto, quise hablar con ella a la salida, pero desapareció. Estuve muchos meses preguntándome qué habría sido de ella, puesto que no tenía su Twitter, su Tuenti ni nada parecido. Lo único que sabía de ella era su nombre, Marta, y que era de Dos Hermanas. Eso sin contar cuantísimo le gustaba Big Time Rush y que era Smiler.

 Un día del caluroso mes de Julio, decidimos quedar muchas auryners de Sevilla, y conocí a varias chicas. Una de ellas estuvo con Marta en el concierto de febrero. De eso me sonaba tantísimo su cara, se llamaba Cristina. Un mes después, celebramos el cumple de Carol, una de las personitas más cuquis del mundo. Y fue ahí cuando el destino, o quién quiera que fuera, hizo que nos reencontráramos. Carmen nos preguntó si podía venir una amiga suya, que también era auryner y que no pudo asistir a la última quedada. Solo faltaban ellas, las esperábamos en la puerta del parque.  Tal fue mi sorpresa al ver a Carmen aparecer con Marta, la chica del concierto, que me invadió la alegría.

Así comenzó nuestra historia, una bonita historia llena de fantásticos momentos para recordar. Todo esto (creo que me he extendido demasiado) es para decirte GRACIAS. Gracias por ir a aquél concierto que nos unió, que hizo que conocieras a Carmen y a Cristi. Gracias por tanto cariño casi sin conocerme, sin conocer mi historia. Gracias por tus abrazos. GRACIAS POR SER ASÍ.

Esto que te escribo no es solo para darte las gracias, sino también para recordarte que aquí tienes una amiga. Diciendo una amiga no me refiero un hombro en el que llorar (que a veces está bien para desahogarse, en tal caso sí), puesto que no puedo verte llorar, estoy aquí para secarte las lágrimas, sacarte esa sonrisa tan bonita que tienes (por algo has de ser smiler… jajaja) y compartir todos tus logros como si fueran míos propios (qué mal me ha quedado eso… xD). En fin, para ayudarte a esquivar los baches del camino, para levantarte y curarte si te has caído, para darte la mano cuando tengas miedo de caminar sola… Para eso y mucho más, aquí me tienes amor.

Sin más rodeos, me voy a la verdadera razón por la que escribo esto, 

¡¡¡MUCHÍSIMAS FELICIDADES CARIÑO MÍO!!!

Me mata

No aguanto más esta situación. Cruzarme con él por la calle y no poder hablarle, no poder ni siquiera decirle "hola"... Nada. No poder mirarlo frente a frente. No poder abrazarle, besarle, no poder sentirle cerca de mí. Tener que conformarme con verle de lejos, con cruzar nuestras tímidas, aunque a veces directas, miradas a metros de distancia. Ver cómo otra es dueña de sus besos, de sus caricias, de sus "te quiero"... 

Sentir celos que no me queda otra más que tragarme. Intentar chocarme con él sin éxito alguno. Buscarle en cada maldito rincón del barrio sin tener otro resultado que el fracaso. Escuchar una moto bajo mi ventana y correr a asomarme por si es él. Escuchar una persiana y asomarme a la ventana a mirar la suya. 
Preguntarme qué pasa por su mente al verme. Qué pensará de mí. 
Extrañar unos besos que nunca tuve, que no tengo, que nunca tendré. 
Solo espero poder, aunque sea, hablar con él algún día... Y espero que ese esperado día llegue pronto. Mientras tanto, sigo esperando asomada a la venta mirando a la suya...