Aquella guitarra abandonada a su suerte en la esquina de un viejo desván. Esa guitarra cuyas cuerdas hace décadas que no suenan. No pocas canciones dedicadas a su enamorada. A lo lejos se escuchan los acordes que un día unas manos virtuosas hicieron brotar de sus cuerdas.

Un cuaderno lleno de polvo mal colocado en una estantería. Un cuaderno cuyas páginas reflejan los más intensos sentimientos. Letras que hablan de un primer beso, de una cita a escondidas en un lugar remoto, de tímidas caricias sinceras, de un árbol en cuyo tronco fue grabado un "te quiero".

Nadie supo jamás por qué aquél apuesto caballero dejó su guitarra en el desván, nadie supo jamás por qué nunca se volvió a enamorar. La mayoría ni siquiera sabe a quién iban dirigidas esas hermosas letras, ni por qué de repente un día dejó de escribirlas. Algunos de barruntan que su amada fue apartada de sus brazos, otros dicen que falleció de la forma más horrenda. Lo bonito de esta historia, es que él sigue enamorado de ella.