Noches sin dormir porque tienes demasiadas cosas en la cabeza. Exámenes, conciertos, amor, amistad, viajes, más y más estudiar, familia, compromisos sociales, clases... Mi cabeza no puede más, llega un momento en el que se colapsa, impidiéndome dormir. A todo lo anterior se le suman mis sueños y metas, terminando de impedir mi sueño. Terminar más de una noche llorando de impotencia, y, finalmente, quedándome dormida de puro agotamiento con los ojos encharcados en lágrimas.
Despertar cada mañana extrañándolo. Quisiera despertar cada mañana, mirar al otro lado de la almohada y que él estuviera ahí. Que fuera su sonrisa lo primero que viera cada mañana al despertar. Un buenos días a base de besos y caricias. Quedarme dormida en su pecho...
Sueños, sueños y más sueños... y muy pocos, por no decir ninguno, se hacen realidad.
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